jueves, 20 de junio de 2013

Dodo, el misterioso pájaro


Dodo

El Dodo fue un legendario pájaro endémico de la isla y Republica Mauricio, que se encuentra al este de Madagascar, se lo vio por última vez en la década de 1680. Este pájaro tenía la particularidad de caminar en vez de volar.

Los dodos se dejaban atrapar con facilidad, de ahí su fama de pájaros tontos y esta razón también podría haber sido la causa de su nombre. La palabra arcaica holandesa dodoor significa “haragán” y la palabra portuguesa doudo quiere decir “tontorron”. Es posible, también, que dodo sea una imitación del canto del animal. Los holandeses también preferían al ave como dodarsen, que podría significar “cola gorda”.
En la actualidad, diferentes grupos de científicos se están dedicando en analizar los genes del animal y plantas que vivieron hace siglos, con esto se pretende trazar la evolución con gran precisión. Comparando el ADN del dodo con el de otras especies se pudo establecer que el ave de Mauricio fue un familiar lejano de las palomas modernas.
El inconveniente es obtener ADN de animales que ya están extinguidos para un estudio molecular. En particular es muy complicado obteneros del dodo ya que sus huesos no son muy grandes y a los conservadores de los contados museos en donde se guardan los huesos no les agrada demasiado cortar fragmentos de sus valiosos especimenes.
El proceso de extracción de ADN del dodo implica cortar un pedacito del hueso de la pata y molerlo hasta obtener un polvillo muy fino. Después se obtiene el ADN con una sustancia química que rompe las células. Después hay que ver la reacción en cadena de la polimerasa. Esta es una técnica que habitualmente se usa en los laboratorios en estudios genéticos con el fin de amplificar el ADN.
Las enzimas de polimerasa ayudan a los genes a copiarse a sí mismos. Cuando se calienta la solución a 65 grados centígrados, las cadenas de ADN se separan en dos hebras. Y al enfriarse se pegan al material genético del dodo.
Este análisis genético dio a conocer que el pájaro dodo es descendiente de una paloma. Su pariente más cercano es la paloma de Nicobar (Caloenas nicobarica). Algunos expertos creen que la paloma de Nicobar salió de la India hace alrededor de 5 millones de años y al ser expulsada por los vientos Alisios hizo escalas en las islas volcánicas de Mauricio y Rodrigues, lugar donde se separó en dos líneas de descendencia. Mediante una línea se produjo el ave conocida como Solitario de Rodrigues y la otra dio como resultado el Dodo de Mauricio. Ambas aves no tenían la posibilidad de volar.
Una pregunta que nos hacemos es acerca de cuánto demora un ave voladora en convertirse en un ave que no vuela. Este cambio puede pasar en cuestión de generaciones, porque los pollitos sólo adquieren la capacidad de vuelo en la última etapa de su desarrollo. Y si se los coloca en un ecosistema donde no ven la necesidad de volar simplemente dejan de hacerlo.
De la misma forma que las palomas actuales, el dodo estaba perfectamente adaptado a su nicho. Le iba perfectamente bien hasta el momento en que los colonos llegaron a su zona con los cerdos, sus ratas y sus perros. Si uno se basa en documentos históricos puede deducir que las ratas se alimentaban de los huevos de los dodos, motivo por el cual bajo considerablemente la población.
Muchos creen que los dodos eran aves tontas, pero eran simplemente un animal que en su proceso evolutivo había perdido todo miedo a su entorno.
El dodo es un pájaro que fue dibujado miles de veces, pero ninguna de ellas con exactitud. El problema está en que nadie sabe con exactitud como era el dodo. Si uno busca imágenes del dodo en Google le saldrán más de 2 millones y medio de ellas, y muchas son distintas. Hay dodos gordos, dodos flacos, dodos blancos, dodos grises. Hay dodos en estampillas y monedas y oleos barrocos. Muchos museos cuentan con modelos de dodos pero incluso éstos son inconsistentes.
Este es un gran inconveniente para quienes quieren recrear correctamente a esta ave. Todo el mundo cree saber cómo era, pero de hecho muy poca gente legó a ver uno vivo o muerto. Era normal que los artistas se basaran en ilustraciones anteriores. Los expertos concuerdan en que sólo existen dos ilustraciones anatómicamente correctas del ave, hechas a partir del animal vivo: una son los dibujos del artista Joris Joostensz, en el cuaderno de bitácora de buque Gelderland. La otra es una miniatura de 1625 de Usad Mansur, el pintor real del emperador mogol Jahangir. Debido a que el zoológico del soberano estaba en la ciudad de Surat, la pintura se denomina el Dodo de Surat.
El modelo de dodo que Phil Fraley Productions realizo para Singapur fue el resultado de una excelente labor de equipo que se llevó a cabo junto con taxidermistas, historiadores, paleontólogos, artistas y conservadores. Al resultado lo llamaron Clarence. Entre los muchos temas que se plantearon el más importante que como debía ser el plumaje. Al final resolvieron esculpir plumas mitad de paloma y mitad de codorniz. El proceso incluyo fabricar complejos modelos de yeso, arcilla y caucho, buscar el color adecuado para sus ojos de pedernal y aplicar los colores del Dodo de Saurat. Esta es por el momento la versión más exacta de dodo que existe en el mundo.

ANIMALES EXTINTOS: EL LOBO JAPONÉS


Nombre científico: Canis lupus hodophilax
Fecha de extinción: 1905
Lugar: Nara (Japón).
Altura / Longitud:
Alimentación: Carnívoro.
El lobo japonés, también conocido como lobo Honshu, fue una de las subespecies de lobo gris de Japón. Se estima que su extinción se debió tanto a factores humanos como por la rabia. El último ejemplar se habría extinguido en 1905, en la Prefectura de Nara.

Actualmente sobreviven solo cinco especímenes disecados en el mundo: tres en Japón, uno en Holanda y el último animal de 1905, en un museo británico.

A la fecha hay testimonios que afirman haber visto a este lobo sin embargo, esto no ha podido comprobarse.

Alca gigante

El Alca gigante fue la especie más grande, su extinción se produjo en 1844, también era conocida como “alca imperial”, “gran pingüino” o simplemente “pingüino”.
Habito a lo largo de las costas del Océano Atlántico, desde Florida a Groenlandia, incluyendo Islandia, Escandinavia, las Islas Británicas, Europa Occidental y Marruecos, podían encontrarse algunos ejemplares, también en todo el Mar Báltico y al oeste del Mar Mediterráneo.

Los adultos llegaban a medir metro de alto, poseían un plumaje negro en las alas, la espalda, cuello y cabeza, utilizaban el pico para cazar bajo el agua y no podían volar pero buceaban de forma maravillosa.

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La caza indiscriminada a finales del siglo XVI fue lo que produjo su extinción, ya en el año 1758 era un animal sumamente raro y hacia 1800 solo podía verse en Islandia, la ultima pareja viva de estos animales se .Alca gigante extinguidoLa caza indiscriminada a finales del siglo XVI fue lo que produjo su extinción, ya en el año 1758 era un animal sumamente raro y hacia 1800 solo podía verse en Islandia, la ultima pareja viva de estos animales se vio el 2 de Junio de 1844.

Baiji o delfín de río chino (Lipotes vexillifer)

Este es un delfín con mucha historia ya que los registros fósiles indican que los delfines emigraron del océano Pacífico al río Yangtzé hace 20 millones de años. Se trata de un relicto de su especie y el único representante vivo de la familia Lipotidae (Zhou, Li Qian y 1978). En China se le ha apodado ´la diosa del Yangtze´.

Según la lista roja de la UICN, el Baiji es probablemente el cetáceo con mayor peligro de extinción del mundo. Está clasificado como en Peligro Crítico (CR) ya que se enfrenta a un riesgo extremadamente alto de extinción en estado silvestre. Sin embargo, no se tienen datos de ningún ejemplar desde el 2002, y a la especie se le consideró extinta a finales del 2006 tras una expedición que no pudo encontrar ningún ejemplar en el río. Tristemente se trataría del primer cetáceo en extinguirse por causa de actividades humanas.

Pero como la esperanza es lo último que se pierde, tan solo mencionar que el 19 de agosto del 2007 un baiji fue avistado por un vecino de la provincia china Anhui llamado Zeng Yujiang. Las imágenes fueron revisadas en el Instituto de Hidrobiología de la Academia de Ciencias China, cuyo representante Wang Kexiong ha confirmado su autenticidad.

En cualquier caso, para declarar la extinción definitiva de una especie animal tienen que pasar 50 años sin que ningún ejemplar sea visto, según la Unión de Conservación Mundial, UICN.

Para hacernos una idea con respecto a la trayectoria de su población, saber que la primera estimación de abundancia de la especie se realizó en 1982 con datos de 1979 a 1981, resultando una población de unos 400 ejemplares; en cambio, tras varios estudios de la especie, a finales de los 90 se calculaba que quedaban unos 13 delfines, llegándose a la conclusión generalizada de que la abundancia de este delfín ha ido disminuyendo en poco tiempo. En el 2000 se hablaba de ´unas pocas docenas´ (Zhou 2002) y muy probablemente menos de un centenar (Reeves et al. 2003). Las últimas fotos son del 2002, y el avistamiento del último delfín (varado) fue en el 2001.


CARACTERÍSTICAS

El baiji es un delfín blanco, casi ciego, similar a otras especies de agua dulce que habitan en los ríos Mekong, Indo, Ganges y Amazonas.

Pesan unos 100 kg., y miden unos 2,5 m.


AMENAZAS

Las amenazas son varias, destacando:
Un cierto nivel de explotación directa (su piel llegó a utilizarse para bolsos y aguantes)

Mortalidad accidental por la pesca en el río de otras especies a causa de redes y pesca eléctrica (aun estando prohibida); por otro lado, entre los años 1970 y 1980 se considera que el enredo en las redes de pesca ha causado por lo menos la mitad de la mortalidad observada (Lin et al. 1985, Zhou Li y 1989, Chen 1989, Chen et al. 1997).

Tráfico marítimo

La gestión de canales de navegación

La construcción del puerto

Construcción de la presa de las tres Gargantas (provocó que tuvieran que trasladar a los delfines que allí habitaban a un lago cercano con la esperanza de poder reintroducirlos al río cuando las oportunidades de supervivencia aumentaran, ya que alteró de manera drástica el hábitat de la zona. )

La pérdida o degradación de hábitat debido al desarrollo de los recursos hídricos, prácticas de uso del suelo y la contaminación.

MEDIDAS DE CONSERVACIÓN

El Baiji tiene plena protección jurídica; aun así, mientras la protección contra la matanza deliberada parece haber sido eficaz, la prohibición de métodos dañinos de pesca no lo ha sido tanto, y le ha seguido afectando de manera negativa.

Así pues, a finales de los 80 la principal estrategia para prevenir la extinción del Baiji era capturar la mayor cantidad posible de delfines para introducirlos en reservas seminaturales, una de los cuales (Tongling) fue aprobada por el gobierno chino en los 80, y la otra (Shishou) en los 90. La idea de estas reservas parte de los supuestos de que en aquel entonces habían unos 300 individuos y que era posible conseguir un número suficiente para que criaran fuera de su entorno natural.

Sin embargo, la expectativa de que un número suficiente de baiji podrían ser capturados y llevados a las reservas para establecer una población exsitu viable para que se reprodujeran era poco realista. Se realizaron seis expediciones de captura y al final solo se llevó en 1995 a una hembra que murió a los siete meses, y seguidamente a un macho que murió naturalmente en el 2002. Actualmente no hay ningún baiji en cautividad.

La opinión científica desde entonces se ha dividido sobre cómo proceder con los esfuerzos de conservación del Baiji. Por un lado, el Comité Científico de la Comisión Ballenera Internacional examinó el estado del Baiji en el 2000, pero los miembros no pudieron llegar a un consenso sobre si se debían capturar ejemplares para las semireservas o no. Por otro lado, el Grupo de Especialistas de Cetáceos de la UICN recomendó en 2003 que:

Los recursos disponibles deben dedicarse a eliminar las conocidas amenazas a la especie en su hábitat natural

La adopción de medidas inmediatas deberían adoptarse a nivel nacional, provincial y local para aplicar plenamente las prohibiciones de pesca eléctrica, y

Si la captura y translocación continúan, las operaciones de captura deben mejorarse para evitar lesiones o la muerte del delfín, la calidad del agua en la reserva debe mantenerse a un alto nivel y deben de quitarse a las marsopas para evitar interacciones negativas entre ellos (Reeves et al. 2003).


HÁBITAT Y ÁREA GEOGRÁFICA

Es una especie de agua dulce que sólo se encontraba en el río Yangtze de China. Históricamente también habitaba los lagos Poyang y Dongting , con aguas del río (Zhou et al. 1977, Chen et al. 1980), pero ya no se les encuentra allí. Su área además se ha ido reduciendo dentro del mismo río agravado por la construcción de una presa.

Animales extintos: el bucardo

El bucardo es una subespecie de cabra montesa cuyo último ejemplar murió el 5 de enero del año 2000, lo que marcó la extinción de esta especie luego de muchos años de permanecer en peligro, principalmente debido a la caza excesiva.
Si bien la amenaza de extinción de esta especie proviene desde los primeros años del siglo XX y fue creciendo hacia finales del mismo (en la década de 1970 se constató que quedaban apenas 20 ejemplares), no se tomaron los recaudos suficientes a tiempo para evitar la extinción y cuando ya se intentó tomar alguna medida, como tratar de que la última hembra quedara preñada y hasta una posible clonación, esto no resultó y, finalmente, se produjo la extinción. Ahora vamos a ver algunos detalles sobre el bucardo y su extinción.

La caza del bucardo

El bucardo habitó históricamente la región de los Pirineos, extendiéndose sobre todo por las zonas montañosas del lado sur de la frontera entre Francia y España. Se diferenciaba de otras especies principalmente por su pelo más largo y denso en invierno, y el macho por rayas de color negro sobre la piel de la espalda y las patas. Además, la base de los cuernos era mucho más gruesa, tanto en machos como en hembras, y más larga que las de otras subespecies.
Se ha comprobado mediante algunas pinturas rupestres que la caza de este animal era muy común desde tiempos prehistóricos, pero fue a partir de los siglos XVIII y XIX que la caza del bucardo se volvió una práctica muy extendida entre cazadores europeos, que apreciaban esta especie por su singularidad y principalmente por el gran tamaño de su cornamenta.

Esta caza furtiva y excesiva determinó que a principios del siglo XX la especie estuviera totalmente extinguida en Francia y sólo quedaran poco más de 50 ejemplares en España. Durante este siglo se empezó a tomar conciencia del peligro de extinción que amenazaba a esta especie, pero las medidas para tratar de evitarlo se demoraron y la combinación de algunos vestigios de la caza del animal que se mantuvieron, con algunos factores medioambientales como los desprendimientos de tierra en la región que habitaban, hicieron que la especie se fuera reduciendo a paso cada vez más acelerado.

Extinción del bucardo

En 1973 se intentó la protección estatal de la especie convirtiendo la región de Ordesa, única región donde habitaba, en parque nacional, pero no fue suficiente. En el año 1993 sólo quedaban 10 ejemplares. En 1996 se intentó un plan de conservación que consistía en criar una hembra en cautiverio y posteriormente soltarla entre los animales para que quedara preñada, pero esta hembra murió sin llegar a reproducirse.
Las últimas medidas que se tomaron para tratar de salvar la especie fue en el año 1999, cuando sólo quedaba el último ejemplar de la especie, una hembra llamada Celia. En esta oportunidad, algunos investigadores apoyados por el gobierno local extrajeron tejidos de la oreja de este último ejemplar para mantener un registro de ADN que permitiera una clonación en un futuro. A principios del año siguiente Celia fue encontrada muerta debajo de un árbol caído, lo que hizo suponer que murió a consecuencia de un golpe.

De todas maneras, ya sin ejemplares vivos, se han intentado algunos experimentos de clonación: en el año 2009, se pudo completar el proceso de gestación completa mediante la implantación de un embrión en una cabra, y llegó a nacer una hembra de bucardo, aunque murió a los pocos minutos por problemas pulmonares. Si bien este intento fracasó, permite mantener ciertas esperanzas para futuras clonaciones, aunque, por otra parte y como suele suceder respecto a estos temas, hay también muchas posiciones contrarias a la clonación.
El debate generado en torno a la clonación es muy importante, ya que la posibilidad de clonar una especie extinguida no debe hacernos olvidar que, en primer lugar, la extinción del bucardo fue causada enteramente por la acción y omisión del hombre, y una clonación exitosa podría generar la desvalorización (aún más) de las especies conservadas in situ.

Animales extintos: el tilacino, 'tigre de Tasmania'

En 1936 moría el último ejemplar del animal más famoso de Tasmania. El tilacino hoy es ya un recuerdo de otro tiempo, aunque hay quien cree que todavía existe, que vive oculto a los ojos humanos
 Benjamin. Así se llamaba el último tilacino conocido, un extraño carnívoro marsupial originario de Australia y Nueva Guinea que murió en el Zoológico de Hobart (Tasmania), en 1936.
 Benjamin era el último de una especie amenazada, maltratada y asesinada por cazadores incentivados por recompensas (en 1909 el Gobierno de Australia había repartido 2.184 recompensas por la muerte de este animal) y por la crueldad del veneno de los granjeros que temían, en la segunda mitad del siglo XIX, que el 'tigre de Tasmania' acabara con su ganado. Con la muerte de Benjamin, último testimonio de uno de los animales más característicos de Tasmania, acababa una especie... pero empezaba una leyenda.

¿Como eran el temido tilacino?
De tamaño medio, como un perro grande, el 'lobo marsupial' se asemejaba a algo parecido entre un lobo, una hiena y un perro. Tenía orejas redondeadas, rayas de tigre en su lomo de pelo corto y suave y una mandíbula cuya elasticidad y tamaño eran increíbles: ¡su boca se abría hasta 120 grados! Esta característica y sus 46 dientes afilados hacían que el tilacino fuera un potente (y nocturno) depredador. Este animal de color pardo sabía nadar y tenía un buen sentido del olfato, aunque para cazar se basaba en la vista y el oído, puesto que tampoco era muy rápido.

Poco se sabe de la vida en libertad del 'tigre de Tasmania', aunque su comportamiento en cautividad sí pudo ser observado gracias al encierro, en 1933, de Benjamin.

¿Por qué desapareció?
El 'tigre de Tasmania' se extinguió por diversas razones: fue perseguido por los humanos, que cazaban a los tilacinos ya desde épocas primitivas. También tuvo que competir con otras especies más fuertes como el dingo, una subespecie de lobo. Su hábitat se vio amenazado con muchos cambios, e incluso se habla de enfermedades que la especie no habría podido resistir.

El tilacino desapareció progresivamente. Cuando los humanos quisieron protegerlo (a partir del 1901 aproximadamente) ya fue demasiado tarde. Su extinción comenzó en la Australia continental. Después, los tilacinos sólo se podían ver en Tasmania, isla donde compartían territorio con sus parientes más cercanos, los 'demonios de Tasmania'. De hecho, el tilacino es el animal más famoso de Tasmania, reclamo turístico que aparece incluso en el escudo de armas de este estado.

Ya en la década de los 20, ver un tilacino por Tasmania era una ardua tarea. En 1930, el último tilacino salvaje conocido murió a manos de un granjero que se sentía amenazado. Pero en 1933 Elias Churchill abrió una esperanza para el estudio y conservación de este animal: Benjamin, un ejemplar que resultó ser el último de su especie, fue capturado con una trampa y enviado al zoológico de Hobart. En 1936, 59 días antes de que Benjamin muriera, el Gobierno de Tasmania anunciaba la protección oficial de esta especie. Demasiado tarde. Con la muerte de Benjamin se perdió la última oportunidad de salvar una especie animal única cuyo origen se remontaba a millones y millones de años.

En busca del animal extinto
Desde la desaparición de Benjamin, las batidas para encontrar un 'lobo marsupial' han sido tan numerosas como insatisfactorias. Aunque sólo se han conseguido vagos resultados y algunas fotografías de dudosa veracidad, los expertos afirman que el tilacino pudo sobrevivir lejos de los peligros humanos hasta, por lo menos, la década de los 60. Pese a que la especie se ha declarado como "oficialmente extinguida" todavía hoy hay personas que buscan al tilacino por Australia, por Tasmania. Quieren lo que sea: fotografiarlo, grabarlo en vídeo, un pelo, una muestra de sangre, algo. La locura por este animal llegó hasta tal punto que en 1983 un magnate ofreció hasta 100.000 dólares a quien demostrara la existencia de uno de estos animales. En 2005 una revista australiana ofrecía más: 1,25 millones, esta vez por la captura de un ejemplar vivo. Otros organismos han superado la cifra de recompensa por la captura de un tilacino. Ahora el debate se centra en sobre si clonar o no clonar, a partir de un feto conservado, a un animal extinguido ya de otro tiempo, a un ser vivo que ya forma parte de la historia de la fauna.